La violencia generada por las clases dominantes de Colombia es histórica y justificada. Matar es un negocio; el capitalismo bebe sangre: mata en Siria, mata en Afganistán, mata en Palestina, mata en Colombia... La seguridad es un acto de fe.
Las cifras sobre homicidios reflejan la crisis de una sociedad colombiana sumida en el sinsentido, carente de un proyecto de Nación y arrojada a los brazos de una rancia y fracasada clase dominante.
Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Observatorio de Violencia, Colombia